lunes, 26 de diciembre de 2016

Sagrada Familia

¡Feliz día de la Sagrada Familia! 


Palabras pronunciadas en el Ángelus del 27.12.2009
 Benedicto XVI

Se celebra hoy el domingo de la Sagrada Familia. Podemos seguir identificándonos con los pastores de Belén que, en cuanto recibieron el anuncio del ángel, acudieron a toda prisa, y encontraron "a María y a José, y al niño acostado en el pesebre" (Lc 2, 16). Detengámonos también nosotros a contemplar esta escena, y reflexionemos en su significado. Los primeros testigos del nacimiento de Cristo, los pastores, no sólo encontraron al Niño Jesús, sino también a una pequeña familia: madre, padre e hijo recién nacido. Dios quiso revelarse naciendo en una familia humana y, por eso, la familia humana se ha convertido en icono de Dios. Dios es Trinidad, es comunión de amor, y la familia es, con toda la diferencia que existe entre el Misterio de Dios y su criatura humana, una expresión que refleja el Misterio insondable del Dios amor. El hombre y la mujer, creados a imagen de Dios, en el matrimonio llegan a ser en "una sola carne" (Gn 2, 24), es decir, una comunión de amor que engendra nueva vida. En cierto sentido, la familia humana es icono de la Trinidad por el amor interpersonal y por la fecundidad del amor.

La liturgia de hoy propone el célebre episodio evangélico de Jesús, que a los doce años se queda en el templo, en Jerusalén, sin saberlo sus padres, quienes, sorprendidos y preocupados, lo encuentran después de tres días discutiendo con los doctores. A su madre, que le pide explicaciones, Jesús le responde que debe "estar en la propiedad", en la casa de su Padre, es decir, de Dios (cf. Lc 2, 49). En este episodio el adolescente Jesús se nos presenta lleno de celo por Dios y por el templo.

Preguntémonos: ¿de quién había aprendido Jesús el amor a las "cosas" de su Padre? Ciertamente, como hijo tenía un conocimiento íntimo de su Padre, de Dios, una profunda relación personal y permanente con él, pero, en su cultura concreta, seguro que aprendió de sus padres las oraciones, el amor al templo y a las instituciones de Israel. Así pues, podemos afirmar que la decisión de Jesús de quedarse en el templo era fruto sobre todo de su íntima relación con el Padre, pero también de la educación recibida de María y de José. Aquí podemos vislumbrar el sentido auténtico de la educación cristiana: es el fruto de una colaboración que siempre se ha de buscar entre los educadores y Dios. La familia cristiana es consciente de que los hijos son don y proyecto de Dios. Por lo tanto, no pueden considerarse como una posesión propia, sino que, sirviendo en ellos al plan de Dios, está llamada a educarlos en la mayor libertad, que es precisamente la de decir "sí" a Dios para hacer su voluntad. La Virgen María es el ejemplo perfecto de este "sí". A ella le encomendamos todas las familias, rezando en particular por su preciosa misión educativa.

miércoles, 7 de diciembre de 2016

Dogma de la Concepción Inmaculada de María

                                                                                                                Explicación

Este dogma, dado por el Papa Pío IX en la Bula Ineffabslis Deus, en el año 1854, no se refiere a la concepción virginal de Cristo, sino a la concepción de la Virgen. Es decir, que María fue concebida sin mancha de pecado original, nació limpia del pecado de Adán. 

Con la expresión «inmune de toda mancha de culpa original», la Iglesia confiesa que María en ningún momento y en modo alguno fue alcanzada por la culpa original que se transmite por generación a la humanidad desde nuestros primeros padres. Por eso Pío XII, en Fulgens corona, explícita que cuando se habla de María ni siquiera «cabe plantearse la cuestión», de si tuvo o no algún pecado: «es tan pura y tan santa que no puede concebirse pureza mayor después de la de Dios» [Sobre la "plenitud de gracia" ver FC, I].

La inmunidad otorgada a María es una gracia del Dios todopoderoso que constituye un «privilegio singular». Pío XII, en Fulgens corona dice que «este singular privilegio» es «a nadie concedido» sino a la que fue elevada a la dignidad de Madre de Dios [cfr FC, I, párr. 5].

La verdad expresada en la definición de la Inmaculada se encuentra afirmada en la Iglesia desde los primeros siglos. A través de la historia ha habido progreso en el conocimiento y explicación, pero la verdad era conocida desde los comienzos de la Iglesia como divinamente revelada.

¿Cómo explicar entonces la excepción en la herencia del pecado original que todos recibimos y en la necesidad que todos tenemos de ser redimidos?

La respuesta del Magisterio es clara: en este punto no se trata de una excepción [cfr CEC, 491]. María no es una criatura exenta de redención, por el contrario: es la primera redimida por Cristo y lo ha sido de un modo eminente en atención a los méritos de Jesucristo Salvador del género humano [LG, 53]. De ahí le viene toda esta resplandeciente santidad del todo singular, de la que ella fue «enriquecida desde el primer instante de su concepción» [LG, 53, 56]

A la dificultad teológica sobre cómo podía una persona ser redimida sin haber contraído al menos un instante el pecado original, se responde con la distinción entre «redención liberativa» y «redención preservativa». La primera es la que se aplica a todos nosotros con «el lavado de la regeneración» bautismal [cfr Tit 3,15]. La última es la que aconteció en María ya antes de que pudiera incurrir en pecado.

"Dios, por tanto, es padre de las cosas creadas y María es madre de las cosas recreadas. Dios es padre de toda la creación, María es madre de la universal restauración. Porque Dios engendró a aquel por quien todo fue hecho, y María dio a luz a aquel por quien todo fue salvado. Dios engendró a aquel sin el cual nada en absoluto existiría, y María dio a luz a aquel sin el cual nada sería bueno.
(Lectura del Oficio solemnidad de la Inmaculada, De las Oraciones de san Anselmo, obispo)

jueves, 17 de marzo de 2016

Domingo de Ramos



CEREMONIAL DOMINGO DE RAMOS (descargar aquí)

El Domingo de Ramos -pregón del misterio pascual- comprende dos celebraciones: la procesión de ramos y la eucaristía. Lo que importa en la primera parte no es el ramo bendito, sino la celebración del triunfo de Jesús. A ser posible, debe comenzar el acto en una iglesia secundaria, para dar lugar al simbolismo de la entrada en Jerusalén, representada por el templo principal. Si no hay iglesia secundaria, se hace una entrada solemne desde el fondo del templo. El rito comienza con la bendición de los ramos, que deben ser lo bastante grandes como para que el acto resulte vistoso y el pueblo pueda percibirlo sin dificultad.

Después de la aspersión de los ramos se proclama el evangelio, es decir, se lee lo que a continuación se va a realizar. Por ser creyentes, por estar convertidos y por haber sido iniciados sacramentalmente a la vida cristiana, pertenecemos de tal modo al Señor que, al celebrar litúrgicamente su entrada en Jerusalén, nos asociamos a su seguimiento. La Semana Santa empieza y acaba con la entrada triunfal de los redimidos en la Jerusalén celestial, recinto iluminado por la antorcha del Cordero.

A la procesión sigue inmediatamente la eucaristía. Del aspecto glorioso de los ramos pasamos al doloroso de la pasión. Esta transición no se deduce sólo del modo histórico en que transcurrieron los hechos, sino porque el triunfo de Jesús en el Domingo de Ramos es signo de su triunfo definitivo. Los ramos nos muestran que Jesús va a sufrir, pero como vencedor; va a morir, mas para resucitar. En resumen, el domingo de Ramos es inauguración de la Pascua, o paso de las tinieblas a la luz, de la humillación a la gloria, del pecado a la gracia y de la muerte a la vida.


miércoles, 24 de febrero de 2016

Ceremonial Vigilia Pascual

Hermanos aquí os dejo el ceremonial de la Vigilia Pascual con una pequeña mejora. Hemos introducido una orientación para los cantos de la celebración. Se encuentran en el margen derecho en azul a lo largo de todo el documento.


miércoles, 3 de febrero de 2016

Vía Crucis



Hermanos, se acerca el tiempo de la Cuaresma. Por eso, hemos querido publicar un Vía Crucis que nos ayude a adentrarnos en el misterio de la pasión y muerte de Cristo, entrar en el sin-sentido del sufrimiento y del amor hasta el extremo. El Vía Crucis está ambientado con los mosaicos de Rupnik.


martes, 2 de febrero de 2016

Lavatorio de los pies

El papa Francisco ha modificado el rito del Lavatorio de pies, que se da en la misa del Jueves Santo, de tal forma que a partir de ahora, también las mujeres podrán participar en el rito. Lo ha comunicado en una carta al cardenal Robert Sarah, prefecto de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos. De este modo, el purpurado ha publicado un decreto con la propuesta introducida por el Pontífice.
Para leer la carta del Santo Padre pincha aquí
En la misiva del Santo Padre, explica que desde hace tiempo ha estado reflexionando sobre el rito del “Lavatorio de los pies”, con la intención de “mejorar las modalidades de actuación, para que expresen plenamente el significado del gesto realizado por Jesús en el Cenáculo, su donarse “hasta el final” por la salvación del mundo, su caridad sin fin”.
Y después de una “cuidadosa consideración” ha decidido realizar un cambio en el misal romano. De este modo, el Santo Padre dispone que se modifique la sección según la cual las personas elegidas para recibir el lavatorio de pies deben ser hombres o chicos, de tal forma que desde ahora, los pastores de las Iglesias puedan elegir a los participantes al rito entre todos los miembros del Pueblo de Dios. Asimismo, se pide que se dé una adecuada explicación del significado del rito a las personas elegidas.
Un decreto que llega después de dar ejemplo, ya que desde que Francisco es Papa, le hemos visto lavar los pies a varias mujeres en la Semana Santa de Roma. en El primer año en la capilla de la cárcel de menores Casal del Marmo. Un año después en la casa de ayuda de la Fundación Don Gnocchi y el año pasado en la cárcel romana de Rebbibia.

El espíritu de la liturgia

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Aquí os dejo el libro de J. Ratzinger "El Espíritu de la liturgia". Es un libro maravilloso, donde se expresa cual es el verdadero "espíritu" de la liturgia, el corazón de la liturgia. Es necesario estar formados en liturgia para que nuestras celebraciones, y de modo especial la Eucaristía, no sean una repetición de ritos vacíos y sin sentido.
Y también es importante estar formados para poder desmentir las calumnias que continuamente caen sobre el Camino Neocatecumenal en temas de liturgia.